Nunca he sido pintor y mi devoción por la pintura no va más allá de haber visitado algunos museos en España, Francia e Inglaterra. Pero desde luego no ha sido el haber recibido mis primeras clases de pintura de la mano de Don José Massa, a quien considero uno de los grandes genios de la pintura y la imagen (como dicen ahora) Extremeña (y a quien he tenido el placer de entrevistar y aprender algo de su talento), el hecho de que no me haya dedicado a este noble arte. Mis recuerdos de aquellas clases son muy difusos, pues apenas era un mico de cinco o séis años. Pero tengo grabada en mi memoria la imagen de la maestría y excentricidad de Don José a la hora de enfrentarse a un cuadro, su tranquilidad y sosiego en el hablar y el ser, y el gran nivel que adquirieron algunos alumnos mayores, algunos que hoy son reputados arquitectos o grandes pintores.
He seguido su obra y evolución personal y artística por lo que iba apareciendo en los medios, más o menos como cualquiera implicado desde bien pequeño en la movida cultural extremeña.
Conocimos a Don José de la mano de otro gran artista y polémico profesor del San Antonio. Don Ángel González (El Chivo) al que tengo en gran aprecio por su sabiduría y por el ser el padre de uno de mis mejores amigos de infancia y juventud, el hoy desaparecido Fernando (Nando Chori) González. Cantante, músico autodidacta y líder del grupo 20 watios que buenas cosas nos enseñó sobre el Rock & Roll, el arte y la pintura en dibujar canciones y melodías de vida, mientras duraron aquellos maravillosos años y los posteriores en La Torre de Babel (La Tawer), que regentó y dinamizó la vida cultural y musical cacereña en los 90 y principios del 2000.
Allí nos dábamos cita Pablito Debirlí, Javier Arroyo, José Luis Naranjo, Lorenzo González hasta el mismo Luis Pastor y Antonio Toledo (Luis Pasteur para los colegas), que grabó un excelente directo titulado La Torre de Babel tras su primera etapa de ensoñación en Canarias, Diego Antúnez, Ana Duque, Juanjo Cortés, José Regodón, Perico de la Paula, Woody Amores, Nono Blázquez, Ana Jiménez, Fernanda Iris Flead, Moi Martín, La Patrulla, La Vaca Azul.... donde conocimos también a un excelente imitador de Stevie Ray Vaughan (Alex Bluesville), la exposición del cuate vallisoletano Jorge Quiroga y tantos y tantos otros que teníamos cosas que decir y aportar. La Torre era uno de los pocos reductos que quedaban de la movida cacereña, referencia de paso obligada de la vida cultural y musical para el que viene de fuera.
Allí se fraguaron y tuvieron la oportunidad de demostrar su talento muchas bandas que fueron y son interesantes proyectos musicales y artísticos como Los Niños de los Ojos Rojos, Cukinho, Javier Arroyo y La Lusitania Jazz Machine, Funkenstein, Peroflauta y sus proyectos como Cocody Rockers, Los Buzzos etc. Testigo que hoy han recogido otros como el malogrado Aldana o aquella indignada empresa de audio y medios de cuyo nombre no me quiero acordar y que pretende monopolizar su representación de grupos extremeños y organización de eventos y festivales gracias a sus “buenos contactos” con las instituciones, y a utilizar el nombre de una asociación sin ánimo de lucro como Amex en su provecho. El trepismo filantrópico asociativo extremeño que tanto gusta a nuestros políticos, la cantera de la corrupción cultural. Ya nos tienen donde querían.
Nando y su fundamental proyecto de vida de La Torre en un Cáceres que empezaba a agonizar,y tras el fiasco de la subvención de la Junta, se marchó a Irlanda en busca de mejor fortuna tras intentarlo denodadamente en la música en Cáceres durante casi 20 años. Allí se enamoró de nuevo y conoció a grandes artistas británicos, y era jefe de camareros de una gran hotel en Irlanda. A los tres de marcharse enfermó de cáncer, al que se enfrentó con una valentía increíble y tras ser sometido a una operación terrible, aguantó unos años... pero estaba sentenciado.
Es el drama de todos los grandes artistas, en este caso un genio como Massa Solís, residentes en esta bendita tierra. Ninguneados y vapuleados, comiendo constantemente migajas para tener el pico cerrado sobre las injusticias y desmanes de la casta caciquil que gobierna y los que les siguen el rollo. Sólo nos quedan al final dos opciones: o formar parte de su orbe mediático caciquil, llamésmole el PRISOE, de la que te vas a alimentar malamente, o marcharte a otros lugares en busca de mejor fortuna y reconocimiento. Los que vienen de fuera tienen alfombra roja y hotelazo asegurado como poco. Ya veremos a ver si a alguno de estos prisoes por pagar sus impuestos en paraísos fiscales, o por querer quedarse con concesiones televisivas y monoplios culturales regionales, no se lleva un judicial disgusto.
Como pasa con el gran Don José, pasa con prácticamente todos los demás No os creáis que es oro todo lo que reluce: Bebe defenestrada por oponerse a la refinería, Los NOR, Gecko Turner, Inlavables, escritores, escultores, poetas en Extremadura se comen una mierda mientras por ejemplo A. Sanz se lo lleva crudo (400.000 euros a fondo perdido) por montar un hotel en La Vera. No extraña que muchos de sus amigos quieran venirse pacá si tienen el coto pagado por el rompe cristales y sus secuaces. O llenan la radio pública de frikis embobados por la música norte americana dispuestos a aceptar sueldos de miseria, a no opinar y a quedarse así toda la vida.
A nuestros politicastros no les interesan los artistas comprometidos, no les interesa que en el resto del mundo se sepa que aquí hay artistas únicos e inimitables para así poder brillar ellos más en la mediocridad. Lo única que les gusta es el faranduleo en Atrio, el creerse ricos manejando los capitales ajenos, el codearse con celebrities mediáticas y pagarles cachés hipermillonarios para hacerse valer ante...¿Quién, Quiénes? y ningunear a los artistas locales.
Intento buscar explicaciones a esta actitud combativa que vayan más allá del mero localismo, y no justificar esto con que muchas de las personas que deciden por nuestra cultura no son de aquí. Porque también muchos de los que se fueron y seguramente volverán eran de aquí, Saponi, Castellanos, incluso Felipe “me forro” ciudadano Vela, no hicieron nada más que cargarse la vida nocturna y cultural de la ciudad, y con ello la vida movida en la Plaza Mayor de Cáceres, que en general mola con su bandejina y tó pero molaba mucho más en los 80´s y 90´s por la gente libre que vivía, se conocía, se odiaba, se emborrachaba y se enamoraba en ella.
Vale que el Saponi “sapino” es de Cáceres y la cagó plenamente. Pero no es tiempo para lamentarnos de lo que no supimos parar los cacereños de verdad en su momento. Vale que la desidia ciudadana cala hondo en nuestros corazones y pruebas hay para demostrarlo. Otras veces, con nuestras almas de borrego, vamos como corderitos guiados por el perro televisivo para manifestarnos cuando unos partidos políticos o grandes altezas terrenas nos convocan en su/nuestra plaza mayor. Pero hay que actuar antes de que todo esto sea irreparable, si no lo es ya.
Estamos mediatizados y dirigidos por gente insensible y poco escrupulosa con el arte (no así con el dinero). Por figurantes patizambos seudo-intelectuales de bisoñé. Por marionetas colgantes de unas manos que no son extremeñas. Por gente que no siente esta tierra como suya. Algunos parecen hasta marcianos de lo raros que son.
Cegados por la fuerza y moral que dan a estos descerebrados mononeuronales las mayorías absolutas, las relativas o los tripartitos, desconocen profundamente que los cacereños, y en general los extremeños, pasamos de los políticos y dejamos nuestra ideología en la percha para relacionarnos como personas y sacar a nuestras ciudades del hastío y la pobreza (según Santiago Pavón el ayuntamiento cacereño tiene una deuda de 120 millones de euros) en la que nos han metido. Penuria también cultural en la que habéis dejado a este pueblo de gente ciudadana poco implicada, demócrata, sensible, independiente y con talento. Tenemos que cambiar, tenemos que defender lo nuestro...tenemos que echarlos...YA.
Alberto Casado diciembre 2008
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