miércoles, 11 de junio de 2008

Interesante artículo sobre la oposición a la Central de Valdecaballeros

Creemos que ha sido esdrito por Artemio Baigorri quien ahora suelta lindezas como estas de aqui debajo. El lavado de cerebro ha sido como quieras. Lavado de cerebro que ahora van a realizar en España con lo que queda de Zeta.

“Yo, por supuesto, nunca viviría cerca de una refinería. Pero ese es el sacrificio que han de hacer los ciudadanos de esta comarca por el desarrollo de esta región.”Artemio Baigorri, Sociólogo
“El gasóleo de Gallardo’s Oil seguro que lo consumen para ir a las manis.”Artemio Baigorri, Sociólogo


"Cualquier tiempo pasado fue mejor..."



"...Yo conocí a Juan Carlos Rodriguez Ibarra hace doce o trece años, en una
asamblea en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, aunque a decir verdad
no recuerdo el momento preciso. Estábamos en medio de lo que, a mi modo de
ver, fue un punto de inflexión en la Historia de Extremadura: el encierro de casi
la mitad de los alcaldes extremeños, en los días siguientes a la aprobación de la
construcción de Valdecaballeros. Estábamos contentos quienes habíamos
organizado la revuelta (pues de una auténtica revuelta, pacífica pero altiva, se
trató), porque habíamos embarcado al PSOE; pero los iluminados decían que en
cuanto las aguas volviesen a su cauce las miradas se tornarían obedientes hacia
Madrid. Sin embargo, el PSOE extremeño siguió oponiéndose a Valdecaballeros;
más aún, vimos cómo al poco de hacerse con el gobierno regional Rodriguez
Ibarra ponía al frente de la que ha sido la más importante Consejería en los años
'80 a Juan Serna, el líder de los antinucleares. Entonces los inasequibles al
desaliento dijeron "...ya se ha vendido Serna". Sin embargo, desde fuera de
Extremadura veíamos cómo el Presidente y su Consejero iban de la mano hasta
el borde mismo de la desobediencia regional. Yo escribí entonces un artículo, en
un diario del Norte, titulado El círculo que se cierra, en recuerdo de la obra de
Barry Commoner, en el que daba por liquidado el asunto Valdecaballeros. Pero
Serna resbaló y cayó del barco, y entonces los irreductibles dijeron: "Lo han
echado, lo han echado... ahora la ponen". Sin embargo una vez más vimos cómo
Ibarra ponía públicamente en juego su puesto al frente del gobierno regional, y
de rebote su buena situación en el partido socialista. Pero los conspícuos dijeron
entonces: "Eso es que no piensa repetir...". Mas hétenos aquí que Ibarra repite,
y vuelve a ganar las elecciones, y vuelve a ser presidente y vuelve a empeñar su
palabra contra Valdecaballeros. Aún quedaban argumentos a los adoradores del
pesimismo transideológico: "Es que negocia compensaciones...".
Y aquí estamos, en 1991, con Ibarra dispuesto a repetir nuevamente, y con el
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dragón de Valdecaballeros definitivamente vencido. No sé ahora qué van a decir
los santos varones que propugnan la hipercrítica feroz...
No creo que la victoria contra la central nuclear deba atribuirse a Juan Carlos
Rodriguez Ibarra, sino a todos los extremeños que han empujado a ello; muy
especialmente, y esto hay que decirlo también aquí, quienes hace quince años
iniciaron la lucha antinuclear, soportando las acusaciones de retrógrados,
prehistóricos o pequeño-burgueses. Pero también tengo la convicción de que con
otro presidente seguramente las cosas hubiesen sido muy distintas.
En cualquier caso es sólo una batalla. Quedan otras aún hasta ganar, en
Extremadura, la guerra de la energía; una de las guerras más importantes en esta
región. Entre las batallas pendientes están el cierre de Almaraz, la introducción
de nuevas energías alternativas, la reinversión en la región de los beneficios
generados por la hidroelectricidad... Pero Valdecaballeros era importante, muy
importante, más importante de lo que creían incluso muchos destacados
militantes del partido que patrocina este acto. Porque suponía una gravísima
hipoteca, una pesada espada de Dámocles, sobre el eje económico fundamental
de esta región: las Vegas del Guadiana..."

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