lunes, 31 de marzo de 2008

Retrato de un padre


RETRATO DE UN PADRE

Hay en la vida de la mujer un hombre que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados, un hombre que, siendo joven, tiene la reflexión de un anciano y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud: un hombre que siendo ignorante, descubre los secretos de la vida con mas acierto que un sabio y siendo instruido, goza con el candor de los niños: un hombre que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama y, siendo rico, daría con gusto todos sus tesoros por no sufrir la herida de la ingratitud en su corazón: un hombre que, siendo vigoroso se estremece con el llanto de un niño y, siendo débil, se reviste a veces con la bravura del león; un hombre que mientras vive, no le sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan; y, después de muerto, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarle de nuevo sólo un instante, por recibir de él un solo abrazo, por oír un solo acento de sus labios...
De este hombre no me exijáis el nombre, si no queréis que se anude la voz en mi garganta y que se nublen con lágrimas mis ojos porque ya le he visto pasar en mi camino...
Si alguno os preguntara quién es, respondedle que estas palabras son un bosquejo del retrato de vuestro padre...

Anónimo

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