Ideas para sortear la crisis

Miguel A. Quinteiro
Creo que el Sr. Zapatero se ha dirigido al Sr. Rajoy, pidiéndole le explique que medidas propondría para aliviar la crisis (o no crisis) que nos asiste. Supongo que esto puede tener varias interpretaciones, pero a mi se me ocurre que puede significar un gesto con el que el presidente del gobierno quiere poner de manifiesto que está abierto a cualquier propuesta, para estudiarla y valorarla, venga de donde venga.

Con esa idea, me atrevo a pedirle que, a través de su periódico, le haga llegar al Sr. Presidente, o cualquier otro miembro del gobierno, algunas medidas que a mi se me ocurren. Creo que ayudarían a superar los costes que a las personas corrientes nos están generando los reajustes coyunturales que las grandes financieras han decidido para superar su crisis. (¿Se referirán a que las ganancias para este año serán menores?). Puesto que pretenden que paguemos los de siempre, al menos hagamos algo para que resulte más fácil sobrellevarlo.

Primero, es absurdo combatir la inflación, subiendo los intereses de las hipotecas. Con ello se agravan sus temidos efectos, puesto que así nuestros salarios pierden aún más poder adquisitivo. Alternativa: Que los bancos no apliquen la suba, puesto que aunque esté pactado, no es obligatorio. O, si los mismos no se dejan convencer, al menos obligarles a que no suban el importe del recibo: Se prolonga el plazo para seguir pagando lo mismo, aunque por más tiempo.

Segundo: Los salarios se congelan, pero las ganancias no. Es decir, los salarios sufren las mermas provocadas por la inflación, pero los beneficios se incrementan con la misma. En justa compensación, un impuesto extraordinario sobre la parte de los beneficios que se produce como efecto de la inflación.

Tercero: Ahorro en el uso de los carburantes, llegando a su racionamiento. Si esto resulta complicado, se podría prohibir las circulación de automóviles particulares salvo cuando el último numero de su matricula coincida con la última cifra del día (en los días 31 no se permitiría ninguno). Naturalmente los transportes públicos e industriales no tendrían esa limitación.

Cuarto: Abaratamiento de los costes salariales para las empresas. Con lo que se combatiría el paro, ayudando a crear puestos de trabajo. Bastaría con que las cuotas a la Seguridad Social de las empresas no se calculasen sobre la masa salarial, como hasta ahora. (Los trabajadores seguirán cotizando su %) sino sobre los costes globales de la producción. En un primer momento, la recaudación sería la misma, (el porcentaje se disminuiría para no producir tensiones en los costes) pero una vez ajustado el %, el pago sería en función del total de gastos de producción, subiendo o bajando según éste, liberando en buena parte al coste salarial de esa carga.

Quinto: La crisis en la construcción nace porque el negocio especulativo de la vivienda se ha ralentizado, pero la capacidad de trabajo, y las necesidades siguen existiendo. Increméntese la construcción de viviendas sociales (venta y alquiler), foméntense cooperativas de viviendas para uso propio, créense infraestructuras sociales (aparcamientos de bajo coste, medios de transporte públicos, etc.)

Sexto: El comportamiento de la banca y otras entidades financieras, con sus exagerados beneficios, no derivados de la creación de riqueza, sino de la explotación de un mercado cautivo, están en el origen de las crisis cíclicas que las mismas provocan para mantener un crecimiento en espiral de sus beneficios. Hipócritamente amparados en una libertad de mercado que no se cumple, es necesario poner en marcha mecanismos que contrarresten su poder. Reconstruir la banca oficial, devolver a las Cajas de ahorro su papel social y financiero, fomentar las cooperativas de ahorro y los bancos de carácter ético y comprometidos con la economía real, es un objetivo que no solo ayudará a aliviar la crisis, sino que evitará se vuelva a producir en los mismos términos.

Séptimo: Es necesario que las personas tomemos conciencia de la situación, y aprendamos a enfrentarnos a los problemas con responsabilidad, abandonando el papel de consumidores compulsivos que nos han asignado. Debemos de aprender a ser responsables de nuestros actos. El boicot a los productos que suban injustificadamente, percatarnos de la responsabilidad que tengamos de la contaminación y uso y abuso de los servicios, de nuestros deberes y derechos… Se impone la participación activa de las personas en el análisis y aportación de soluciones, debe y puede ser fomentada desde el poder político. “Tengo una pregunta para Vd…” apenas fue un comienzo de algo que se presentó como muy interesante para encontrarse en un diálogo del que todos saldremos beneficiados.

Octavo: Sr. Presidente, muchas de las personas que vivimos en este país, queremos creer qué los políticos que nos gobiernan están empeñados en conseguir un mundo mejor para todos. Pero a veces ocurre que algunas cosas ocurren en contra la voluntad de los que gobiernan, y no por causas insalvables, sino porque intereses, poderes ocultos y voluntades ajenas obligan a aceptar hechos consumados, o evitan decisiones que mejorarían la convivencia. Es necesario tener la valentía de informar, de aclarar las verdaderas razones de actuaciones o medidas que parecen contrarias al interés general, y así tener la comprensión y apoyo sincero de las personas que esperamos vivir en una sociedad equilibrada, por su solidaridad y respeto mutuo.

Noveno: La economía globalizada se rige según principios y teorías basadas en una gestión basadas en movimientos dinerarios, que son instrumentos para una gestión volcada al crecimiento del capital financiero, y de espaldas a la economía real, que afecta a la mayoría de las personas que vivimos en este planeta. Es imprescindible revisar las teorías económicas en vigor, adaptándolas a una realidad más acorde con un desarrollo sostenible, solidario y respetuoso con los derechos y necesidades de las personas, preocupada por que el futuro esté libre de las guerras e insidias basadas en la explotación de los recursos de todos, en función de los beneficios desorbitados de unos pocos.

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